se viene, se viene
más cerca todavía
más real
más tangible
el cambio más feliz en mucho tiempo
se dejará atrás lo que quede atrás
se extrañarán muchas personas
algunos climas y algunas cosas
pero el resto será todo nuevo
y solo por eso será bueno
bienvenido sea el cambio de vida
amén
complicado lo de la política. yo no lo termino de comprender. pero cada uno tiene su idea, de lo que es bueno y lo que es malo para un país, para un pueblo, para un grupo dentro de ese país o pueblo. y eso está bien.
pero ¿qué pasa cuando esas ideas diferentes que tenemos chocan unas con otras, de manera irreconciliable, de tal forma que no podemos amistosamente hacerlas coincidir, así sea tirando de los pelos, para no perjudicar la amistad?
creo que hasta dos amigos con religiones completamente distintas pueden llegar a coincidir en ideas que ayudan a que permanezca la amistad, al encontrar un fin común. es decir, por lo menos en la mayoría de las religiones se puede concluir que la idea es ser las mejores personas posibles, sin joder demasiado a los demás, no matar, no robar, etc, y en todo caso lo que varía es el método.
¿pero en la política? sobre todo en estos tiempos en que nuestros políticos latinos se han vuelto tan extremistas. o estás con ellos o estás en contra. no hay más grises. no hay medio.
mi caso es la contra, siempre estoy en contra. y mi amiga está a favor. y yo, para suavizar esa conversación, quise inventarnos un gris, para las dos aferrarnos a ese pequeño espacio gris en pro de encontrar un punto en común para las dos. para no tener ideas tan contrarias la una de la otra. pero no hay caso. ella no quiere el gris. todo o nada. y su caso es todo, y el mío es nada.
y ahora la política es un tema prohibido. las dos lo sabemos. nos queremos mucho y coincidimos en miles de otras cosas. pero ¿por qué me afecta que no coincidamos en esto, o que no pueda decir que tal vez es posible un gris? yo podría decirlo, yo puedo decir que hay un punto medio, y que si lo buscamos vamos a coincidir en él. pero creo que buscarlo ya no es una opción, y no sé exactamente por qué me importa tanto.
Hace poco volví a escuchar en la tele una de las frases más egoístas e indignantes que se han pronunciado en la historia del idioma: “nadie te va a querer como yo”. A continuación mi reflexión de 2 minutos sobre el tema.
Pongamos el ejemplo de Juancito y Anita. Si Juancito, en un acto de desesperación, le dice a Anita que nadie la va a querer como él, ¡nadie en el mundo!, Juancito puede estar asumiendo que el es el único ser en el planeta con la capacidad emocional e intelectual de comprender y amar a Anita; que los hombres en general no podrían querer a Anita, por lo que ella debería considerar muy bien si dejarlo o no, ya que probablemente al hacerlo se estaría destinando ella misma a una terrible soledad, desamor y nostalgia eterna del amor de Juancito, el único que la pudo amar.
Tal vez las personas que consideran emitir esta frase, si es que alguien quisiera decirla fuera de la ficción televisiva, deberían detenerse un segundo a evaluar si en realidad no quisieron decir algo más parecido a “no voy a querer a nadie como te quiero a ti”. Eso sería más real y menos egoísta. No es una amenaza, una maldición, como podría serlo la frase anterior.
